La crisis obliga a modificar los planes vacacionales de los españoles
de clase media, mientras que la clase alta mantiene sus expectativas.
Los
ingresos hoteleros disminuyen un 11,0% en 2013 respecto a años anteriores.
El famoso
lema “Spain is different” parece haber dejado atrás su efectividad, puesto que en
el presente año 2013 en pleno contexto de crisis y de incierto futuro laboral, las
vacaciones son un privilegio cada vez más inaccesible para los españoles,
además de un reclamo menos atractivo para los extranjeros. Es por ello que el
sector turístico amenaza con dejar de ser el principal motor de la economía
española para convertirse en un afectado más de las consecuencias de la crisis,
la cual no afecta solo a los viajeros, sino también a los ingresos hoteleros y
a sus empleados, así como a las agencias de viajes.
Hace unos años, el turismo en España llegó a alcanzar cifras máximas de
55.700 millones de euros gracias a la llegada de 58 millones de visitantes,
según datos del Ministerio de Turismo, Industria y Energía recogidos en 2011.
No obstante, durante los últimos años, este sector privilegiado también ha
comenzado a sufrir una recesión que está conllevando a un progresivo gasto del
dinero conseguido. Respecto a estos datos, un estudio realizado por el INE
(Instituto Nacional de Estadística) recoge que en lo que llevamos de 2013 ya se
ha producido un 11% menos de ingresos en los hoteles más frecuentados de
Madrid, Cataluña y Canarias, los tres destinos turísticos preferidos por los
turistas extranjeros. De igual manera, publica las cifras de ocupación hotelera
de los últimos meses de Semana Santa 2013, que registran que más de un 50% de
las habitaciones quedaron desocupadas.
La alta clase no tolera un detrimento de
la calidad del hotel en que se hospeda.
“Nuestro hotel está catalogado como alta clase”, dice una fuente anónima
del Hotel Emperador de la Gran Vía madrileña, “los sectores que tienen dinero
siguen viajando exactamente igual que lo hacían antes, mientras que la clase
media ahora se hospeda en tres estrellas o directamente no se desplaza a
hoteles céntricos”. Los turistas extranjeros que vienen a nuestro país se
decantan por hoteles más económicos y funcionales que por el lujo, ello se debe
a que, con la crisis, se han visto obligados a reducir los precios de estancia
por noche, así como los suplementos por temporada y servicio de comida. “Antes, los turistas venían en los puentes,
incluso gente española durante la Semana Santa, y ahora en lugar de alojarse la
semana entera vienen dos días, o ni vienen. De modo que lo que más se ha notado
en el Hotel Emperador es un reducimiento de estancia”, explica.
Como consecuencia, esta reducción de precios influye negativamente sobre
la visión que los turistas tienen del hotel de lujo en España, dado que su
bajada de coste se relaciona con un detrimento de su calidad. “Bajar nuestros
precios no es la solución” declara la misma fuente del Emperador, “ya que si
bajas el precio de un hotel de lujo, también bajas su categoría, y eso el
cliente lo percibe. Por tanto, la relación calidad-precio se ve afectada”.
Javier Calle, jefe de recepción del Hotel cuatro estrellas Preciados,
coincide con esta opinión afirmando que no se trata de un problema de precios,
sino de calidad.
Aclara que el hotel va bien,
tiene mejor ocupación que antiguamente y mejor tarifa, no ha sufrido una
notoria disminución en el número de huéspedes y, por tanto, la crisis no ha
sido un factor de riesgo para ellos.
“El turismo español ha descendido
y casi todo lo que tenemos, en un 90, 95% son gente de fuera de España”,
sostiene “Lo que ha cambiado es que se ha producido un aumento del turismo
extranjero mientras que el español, en nuestro hotel, al tener la tarifa un
poco más alta, ha desaparecido. Pero los buenos hoteles, los de lujo, van
bien”.
Sin embargo, los establecimientos hoteleros más económicos de la misma
Gran Vía contrastan notablemente su percepción como hotel funcional frente a la
de los de alta clase. En el Hotel Senator, de tres estrellas, nos atiende su jefe de recepción, quien afirma que con la crisis el hotel ha experimentado una
reducción de personal y de ingresos por la reducción de turistas hospedados
este año. Los trabajadores del sector reconocen que sus puestos de empleo se tambalean de un día a otro, y reconocen la problemática que acarrea perder dinero de aquello que más economía aporta al país: el turismo.
De igual manera, una recién desempleada de un hotel que se reconoce como una persona de clase media y con una
familia a la que alimentar, declara “Llevaba más de veinte años trabajando para una famosa cadena hotelera, siempre ha sido económicamente solvente, pero durante los últimos
dos años ya se estaban produciendo despidos en la plantilla y ampliación de
jornadas con salarios congelados. La situación está claramente peor de lo que
se piensa”.
La clase media se quedará en tierra
durante la crisis.
Los turistas españoles que salieron al extranjero el pasado año 2012 gastaron 11.906 millones de auros en sus viajes, una cifra un 4,15% menor respecto al año anterior, y este año será aún superior. Son datos reflejados en la balanza de pagos del Banco de España.
“Probablemente nos veamos obligados a cambiar nuestras vacaciones este
año por culpa de la crisis. Tendremos que tirar del pueblo de la familia, ya
que no podemos invertir tanto dinero en vacaciones” argumenta una pareja de
trabajadores de salario medio. “El que tiene dinero, tiene dinero” sostiene
otra pareja de jubilados, “pero el que no trabaja se ve obligado a adaptarse.
No podemos salir de hotel porque todos esos políticos sinvergüenzas son los que
se llevan nuestro dinero, así que, a falta de visitar otros países, siempre nos
quedará nuestro apartamento de Torrevieja”.
Álvaro Valadés.
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